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  • Foto del escritorLuz Adriana Lozada

Violencia Contra la Mujer: Un asunto de Derechos Humanos



Teresa, una joven madre de 3 niños, llegó corriendo a casa de Marleny, agitada, casi a punto de desmayarse, temblando de miedo, venía huyendo, quería esconderse, su esposo le acababa de propinar una paliza porque en el momento que llegó, ella no tenía listo el almuerzo. El compañero la dejó encerrada, ella logró salir, pero solo con dos de sus hijos. Al llegar a casa de Marleny, líder comunitaria, se traslada al Hospital Departamental del Valle (HUB), al consultorio Rosa, donde se le activó la ruta de atención. Ella fue recluida en el centro hospitalario, al salir del mismo, al día siguiente, es enviada de nuevo a su casa, ella manifiesta a las autoridades que no quiere regresar porque él la ha amenazado de muerte y cree que al verla la vuelva a golpear, pero las autoridades no prestan atención a las peticiones de Teresa, la trasladan al sitio, pero ella les insiste en que no entrará a la casa y pide la lleven donde Marleny, que vive a unas cuantas casas. Debido al riesgo no solo de Teresa, sino también de Marleny, se logra el mismo día enviar a Teresa y sus hijos a otra ciudad, donde viven sus familiares. El hombre aún sigue viviendo en esa casa, ella salió solo con lo que llevaba puesto, con sus hijos y sin dinero.


Las dos mujeres son participantes del programa

Empoderamiento Ciudadano para la Disminución de la Violencia Contra la Mujer,

los nombres fueron cambiados por la autora.



Las mujeres desde siempre han sido violentadas en todas partes del mundo, en cualquier época y espacio, fuera o al interior de sus familias, por diversas razones, por su condición de ser mujeres, por múltiples actores. A su vez, ha sido y sigue siendo violentada por el sistema como una forma de dominación y como resultado del ejercicio de poder.


Años atrás era considerada la violencia contra la mujer como un problema que ocurría única y exclusivamente al interior de la familia y no trascendía a lo público, y si lo hacía, era estigmatizada, lo que permitió que las mujeres callaran, sufrieran en silencio, no demandaran y reinara la impunidad. El sistema alimentó el prejuicio de una mujer menos capaz que los hombres sobre la base de su género, reducida, infravalorada sistemáticamente e incapaz de participar y tomar decisiones a nivel personal y comunitario, esto trajo como consecuencia la violación de sus libertades y derechos sociales, políticos, económicos, legales y educativos.


El mundo se ha ido transformando y las mujeres han despertado ante tanto letargo y sumisión, ellas han emprendido una ardua y larga lucha para mostrar y demostrar que la violencia contra las mujeres es un problema de derechos humanos y no sólo un asunto privado, así mismo, han procurado que este fenómeno sea visto como un problema de salud pública que requiere una intervención integral acompañado de unas políticas públicas para salvaguardan la vida de las mujeres.


Reza la Carta Universal de los Derechos Humanos proclamada en la asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, en su artículo 1 que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”, pero de acuerdo al panorama mundial sobre violencia contra la mujer, esto no se cumple y paradójicamente, fueron las mujeres quienes trabajaron arduamente para que el principio de igualdad quedara en el documento y fuera de esta manera universal, tales como Eleanor Roosevelt, fue la responsable del comité de redacción de los derechos, Hasan Mehta logró cambiar el texto “todos los hombres” a “todos los seres humanos nacen libres e iguales”, Minerva Bernardino incluyó la frase “la igualdad entre hombres y mujeres” en el preámbulo de la declaración, Evdokia Uralova logro que se incluyera el texto “a igual salario, para trabajo igual” en el Artículo 23.


Pero sólo a partir de esta declaración, la mujer fue reconocida como sujeto de derechos y a pesar de ello, la vulneración a su dignidad, libertades fundamentales son pan de cada día. A raíz de esto, en 1993 en la Cumbre Mundial de Derechos Humanos realizada en Viena, las Naciones Unidas proclama la Declaración Sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer y hace énfasis en que la violencia contra la mujer en los espacios de la vida pública y privada, es un crimen contra los derechos y un asunto de Estado[1] y recomendó “establecer, en la legislación nacional, sanciones penales, civiles, laborales y administrativas, para castigar y reparar los agravios infligidos a las mujeres que sean objeto de violencia; debe darse a éstas acceso a los mecanismos de la justicia y, con arreglo a lo dispuesto en la legislación nacional, a un resarcimiento justo y eficaz por el daño que hayan padecido; los Estados deben además informar a las mujeres de sus derechos a pedir reparación por medio de esos mecanismos”[2].


Pero pese a los esfuerzos por reconocer los derechos de las mujeres, la violencia se enraíza más, basta con mirar las cifras, según la Organización Mundial de la Salud, el 35% de las mujeres han sufrido violencia, es decir, una de cada tres mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. Y, un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina[3], es decir, 3 de 5 han sido asesinadas por sus compañeros sentimentales.


Para el 2017 a nivel mundial fueron asesinadas 87 mil mujeres, un promedio de 137 mujeres por día. El 58% de estos asesinatos fueron ocasionados por personas cercanas a ellas como sus parejas o exparejas[4]. Las Naciones Unidas estima que menos del 40% de las mujeres que sufren violencia de género en el mundo piden ayuda. Sólo ¾ partes de los países del mundo han prohibido la violencia doméstica. En el año 2018, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, por lo menos 3.529 mujeres fueron asesinadas por razones de género en 25 países de América Latina y el Caribe.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), aproximadamente 15 millones de mujeres adolescentes (de entre 15 y 19 años de edad) de todo el mundo han sufrido relaciones sexuales forzadas en algún momento de su vida[5].


En cuanto a la trata de personas, el 72% de las víctimas de trata son mujeres y niñas, así mismo, se estima que tres de cada cuatro mujeres y niñas víctimas de trata lo son con fines de explotación sexual. Entre tanto, 650 millones de mujeres en el mundo se casaron antes de cumplir los 18 años. Alrededor de un 21% de mujeres casadas son adolescentes[6]. 300 mil mujeres a nivel mundial, mueren anualmente por causas relacionadas al embarazo.

En el mundo, según la ONU, existe aproximadamente 4,4 millones más de mujeres que viven en la extrema pobreza en comparación con los hombres, teniendo en cuenta que el trabajo doméstico que realizan las mujeres no es remunerado. Un 70% de las personas que sufren hambre en el mundo son mujeres[7]. En América Latina, hay 124 mujeres que viven en extrema pobreza por cada 100 hombres[8]. Se estima que el salario medio anual de una mujer es un 22,17% más bajo que el de un hombre, así como la tasa de empleo en mujeres es del 44% mientras que la de los hombres es del 55,7%; ellas vierten 26,5 horas en trabajo no remunerado, mientras que los hombres solo dedican 14 horas a estos trabajos[9].

El panorama no es alentador y a medida que pasan los años este flagelo va en aumento, a pesar del empoderamiento de las mujeres ellas siguen sufriendo desigualdad y discriminación. Una mujer no recibe el mismo trato que un hombre en su lugar de trabajo, y sus ingresos son inferiores, aun realizando las mismas actividades y teniendo la misma profesión.

Como también se agudiza la violencia de pareja, teniendo el feminicidio una tasa bastante alta en todo el mundo. Esta violencia es generalizada y sistemática, además con un alto grado de impunidad, bajo porcentaje de condenas, además del trato que reciben las mujeres en el sistema judicial al buscar justicia.

Para la Iglesia Católica los Derechos Humanos son considerados como punto de referencia esencial para tutelar la dignidad de la persona y por ende de las mujeres[10] y por ello la preocupación permanente para que estos sean cumplidos y hace un llamado a los dirigentes de todo los países a que “sitúen los derechos humanos en el centro de todas las políticas”[11], y es necesario el compromiso verdadero de todos los pueblos para velar por el respeto de la dignidad personal de la mujer y garantizarles la plena posibilidad de desempeñarse en todos los ámbitos como el social, político, educativos como en todos los niveles de la sociedad. Así mismo, viene promoviendo una sociedad en la que mujeres y hombres tangan las mismas oportunidades, derechos y responsabilidad en todos los sectores.

Juan Pablo II en su carta a las mujeres en 1995 manifiesta que “por desgracia somos herederos de una historia de enormes condicionamientos que, en todos los tiempos y en cada lugar, han hecho difícil el camino de la mujer, despreciada en su dignidad, olvidada en sus prerrogativas, marginada frecuentemente e incluso reducida a esclavitud”[12], además de reconocer lo que a lo largo de la historia ha vivido la mujer, enfatiza que la Iglesia en su compromiso evangélico, no puede permanecer impasible y resignada ante este fenómeno. Es hora de condenar con determinación, empleando los medios legislativos apropiados de defensa, las formas de violencia que con frecuencia tienen por objeto a las mujeres.

“El sistema de pisotear a la mujer porque es mujer y de no considerarla una persona está bajo los ojos de todos”[13]; dice hoy el Papa Francisco, por ello la Iglesia hace un llamado urgente al mundo sobre la necesidad urgente de tomar conciencia sobre el pleno respeto de la identidad de la mujer y este se da, a través de un eficaz e ilustrado proyecto de promoción, que contemple todos los ámbitos de la vida femenina, a partir de una renovada y universal toma de conciencia de la dignidad de la mujer[14].

Hoy son muchas Teresas que sufren y claman por un mundo más equitativo, libre de violencias, y que de una u otra manera nos interpela para que como Iglesia no le demos la espalda, recordando que Jesús “dignifica” a la mujer y la pone al mismo nivel que el hombre, porque toma aquella primera palabra del Creador: los dos son “imagen y semejanza de Dios”[15]. Hasta que a las mujeres no se les respete sus derechos, éstos seguirán siendo una falacia.

[1] Red Nacional de Mujeres (2005): Violencias Cruzadas. Informe de Derechos de las mujeres. [2] Asamblea General de la ONU (1993): Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Resolución 48/104. En: https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/violenceagainstwomen.aspx [3] Organización Mundial de la Salud. Violencia contra la mujer. Datos y cifras 2017. En: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women [4] BBC News Mundo. Las mujeres asesinadas cada día en todo el mundo (y dónde son más vulnerables) En: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46342533 [5] A Familiar Face: Violence in the lives of children and adolescents, UNICEF, 2017. En: https://interactive.unwomen.org/multimedia/infographic/violenceagainstwomen/es/index.html#sexual-4 [6] Informe Mundial sobre la Trata de Personas, UNODC, 2018. [7] Noticias ONU: Las mujeres están por debajo de los hombres en todos los indicadores de desarrollo sostenible. En: https://news.un.org/es/story/2018/02/1427081 [8] Ibid. [9] OXFAM. En: https://www.oxfamintermon.org/es [10] Losservatore Romano: Iglesia y Derechos humanos. En: http://www.osservatoreromano.va/es/news/iglesia-y-derechos-humanos [11] Vaticano News: “Llamados a respetar los derechos fundamentales de cada persona”. En: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2018-12/papa-francisco-mensaje-derechos-fundamentales-declaracion-ddhh.html [12] Juan Pablo II.: Carta del Papa Juan Pablo II a las Mujeres. En: https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/letters/1995/documents/hf_jp-ii_let_29061995_women.html [13] Papa Francisco: La doctrina de Jesús sobre la mujer cambia la historia. En: http://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2018/documents/papa-francesco-cotidie_20180615_doctrina-mujer.html [14] Juan [15] Papa Francisco: La doctrina de Jesús sobre la mujer cambia la historia. En: http://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2018/documents/papa-francesco-cotidie_20180615_doctrina-mujer.html







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