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  • Foto del escritorLuz Adriana Lozada

RECOBRAR EL VALOR DE LA VIDA A TRAVÉS DE LA ESPERANZA


“Un once de octubre de 2002 decidió quitarse la vida. No dejó nada escrito. Veinte años después, no sabemos qué pudo haber pasado, no existe una respuesta del por qué lo hizo”. Hernán, padre de Hernán Darío.

El próximo 10 de septiembre se celebra el día mundial de la prevención del suicidio (DMPS), organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene como objetivo general, crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo.

El suicidio es un flagelo que sigue cobrando vidas y cada día es más evidente las alarmas sobre las conductas suicidas por la inmediatés de las redes sociales. Según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de enero a diciembre de 2021 hubo al menos 2.595 casos de suicidios en Colombia. Por cada 10 homicidios en el país, ocurrieron aproximadamente 1,74 suicidios. Las víctimas de este problema de salud pública fueron mayoritariamente hombres: 2.101, frente a 494 mujeres. Las cifras de 2021 revelan que la problemática de suicidio aumentó en Colombia un 9,07% frente a 2020, donde sucedieron 2.379 casos. Las ciudades que más registraron casos de suicidio durante el año pasado fueron Bogotá, Medellín y Cali con 337, 190, y 97 casos respectivamente. La mayoría de las víctimas oscilan entre los 20 y los 24 años.

“Hernán Darío tenía 22 años cuando decidió acabar con su vida, cursaba último semestre de psicología… fue la depresión lo que llevó a tomar esta decisión. ¡Era un gran ser humano, servicial, muy cariñoso… no sabemos qué le faltó, si lo tenía todo!” afirma su padre. La Organización Mundial de la Salud-OMS, estima que “la frecuencia del intento de suicidio es 20 veces mayor que la del suicidio consumado. En la población general mayor de 15 años, la prevalencia de las tentativas se señala de un 3% al 5 %; en el grupo de edad de 15-34 años se registra el mayor número de intentos de suicidio

Ante estas situaciones surgen numerosas preguntas, ¿Qué está influyendo para que esta conducta se presente?

Según el Ministerio de Salud de Colombia, la conducta suicida es un conjunto de eventos complejos, que pueden afectar a personas de cualquier edad o condición; cuando se manifiesta como el suicidio consumado, tiene consecuencias devastadoras para el individuo, su familia y comunidad, y sus efectos son duraderos. Se encuentra asociada a diversos factores de riesgo que pueden ser intervenidos con acciones específicas que abarcan la promoción de la salud mental, la prevención y atención a los problemas y trastornos mentales, involucrando a diferentes sectores e instituciones, las familias y a la sociedad civil, que permita evitar así los desenlaces fatales.

Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio plantea importantes preguntas sobre los motivos personales y sociales que conducen a él. Se trata de un fenómeno multidimensional en sus causas, entre los factores de riesgo están los problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad, el abuso del consumo de alcohol o las adicciones; pero también de circunstancias externas que afectan a las personas como el desempleo, la inestabilidad laboral, las relaciones personales insatisfactorias, el aislamiento social o vivencias como haber sufrido negligencia, estrés postraumático, abuso físico o sexual. Colombia no se libra de este mal, pues su población ha vivido tanto la violencia, pobreza, desempleo, abuso y corrupción, como caldo de cultivo para este mal.

Ante el suicidio la iglesia ha manifestado que el suicidio es un pecado grave, pero una persona debe estar mentalmente sana para ser plenamente consciente de que está cometiendo un pecado. Así mismo, destaca que Dios no condena a nadie que no sea plenamente consciente de lo que está haciendo, es decir, cuando una persona se suicida, generalmente está tan ofuscada por la confusión y la desesperanza, que ha perdido el pleno control de sus facultades mentales.

Por su parte, el Papa Francisco expresó con ocasión a esta fecha a la televisión italiana que “El suicidio es un poco cerrar la puerta a la salvación, pero -yo soy consciente - que en los suicidios no hay plena libertad. Al menos así creo. Me ayuda lo que el Cura de Ars dijo a aquella viuda cuyo marido se había suicidado lanzándose del puente al río. Dijo: ‘Señora, entre el puente y el río está la misericordia de Dios’. Porque creo que en el suicidio la libertad no es plena, pero es una opinión personal”.

Quienes confesamos la fe cristiana debemos insistir a todo momento y ante todas las personas, por qué vale la pena vivir, incluso cuando una persona ha perdido la esperanza y se suicida. Así mismo, busca aclarar la doctrina católica sobre el suicidio y ayudar a reducir el número de mitos asociados con enfermedades mentales, la depresión y el suicidio. Así como también, exigir al estado una vida digna, con pleno desarrollo que permita la satisfacción de las necesidades de cada ciudadano.

Así mismo, como ciudadanos debemos insistir ante los gobernantes la necesidad de una acción colectiva para abordar este problema urgente de salud pública. Todos nosotros, familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, empresarios, miembros de la comunidad, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, funcionarios públicos, políticos y gobiernos, tomar medidas para prevenir el suicidio en cualquier rincón de nuestro país.

“La muerte de Darío, nos trajo, aunque parezca difícil, la alegría de seguir viviendo, la esperanza que sólo viene de Dios” afirma Hernán.

En este día nuestra Iglesia nos insta a mirar con nuevos ojos nuestra existencia, especialmente cuando estemos pasando por una dura prueba, y a mirarla a través de los ojos de Jesús, "el autor de la esperanza", para que nos ayude a superar las situaciones difíciles, con la certeza de que las tinieblas se convertirán en luz.



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